A
veces vemos películas o leemos un libro que nos hacen ver cómo son las cosas,
qué es lo que importa o qué es aquello que realmente tenemos que valorar. Pero
es distinto cuando uno no vive las cosas y sólo las experimenta a través de un
libro, una película u otra persona.
Quizás
si la película que vi hoy, la hubiese visto en el “momento exacto”, hubiese
actuado diferente. Quizás era ahora el momento exacto o quizás en el “momento
exacto” yo era muy chica para afrontar algunas situaciones. Ver una película
que refleja una situación específica es fácil, sobre todo es fácil juzgarla...
como también es fácil enjuiciar nuestro pasado, las acciones que ya llevamos a
cabo, lo que ya dijimos. Porque es fácil hacerlo cuando ya sabemos qué está mal
o sintiendo algo que en ese momento no sentíamos. Pero en el momento exacto, en
el ahora, es difícil tomar una decisión, es difícil hablar, callar, actuar. Estamos
presionados porque necesitamos hacer algo en ese preciso momento, y porque
sabemos que hagamos lo que hagamos siempre podemos hacerlo mejor. Es difícil el
sólo decidir actuar o no, decir o callar, sabiendo que eligiendo algo vamos a
dejar de elegir otra cosa, que va a producir otros efectos diferentes a los que
produjo aquella acción que decidimos realizar. A veces creemos que es mejor no
actuar, no decir, no meterse. Otras veces decidimos actuar, decidimos hablar,
meternos, investigar. Sin embargo, siempre actuamos; cuando decidimos no hacer
nada, estamos haciendo. Los efectos de lo que hagamos no está a nuestra disposición,
nosotros no podemos controlarlo, por lo tanto nunca podemos juzgar que algo está
bien o mal una vez que lo hicimos, una vez que actuamos o no.
Por
otro lado, algunas personas esperan de uno aquello que no llega nunca. Otras
veces uno no espera cosas, sólo llegan (y creo que esa es una de las mejores
sensaciones). Es feo que te decepcionen, y horrible decepcionar, por eso aprendí
a que no tengo que esperar nada de nadie, aunque a veces lo sigo haciendo. Y
que a veces son las personas que menos esperas aquellas que están, que te
miran, que miran más allá de lo que ven.
Y
yo, personalmente, sé que puedo hacer las cosas mejor de lo que las hago pero
siempre intento hacer, de lo que hago, lo mejor.
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