Después de tanto tiempo voy a intentar actualizar
este blog. Y cuando hablo de intentar me refiero a que cada vez que intento
hacerlo no tengo inspiración, escribo y borro, escribo y borro, y así hasta
terminar en nada. 
Después de una semana “festejé” mi cumpleaños. Lo
pongo entre comillas porque fue simplemente una excusa pero la idea era
simplemente juntarnos. 
A algunos no los veía hace 5 años, otros hace 4 y a
alguno que otro me lo cruzaba cada muerte de obispo por la calle, y esto era lo
mismo que nada. Fueron la parte más importante de mi vida, nunca me voy a
cansar de decirlo, y por esto no voy a permitir que se vayan de mi vida, quiero
mantenerlos siempre en mi presente y que lo que vivimos hoy sean recuerdos del
mañana, y nunca dejar de reírme junto a ellos de las mismas anécdotas de cuando
eramos miniaturas.  
Así fue, vinieron a la 1 am, se fueron a las 12.30
del mediodía y fueron las horas más lindas del mes, las más felices. Reírnos de
recuerdos tomando mates, actualizando de la vida de cada uno y silencios que
terminaban en “bueno, juampi...” y por qué no “AL CASILLERO!”. 
Gracias loco, gracias a mi familia principalmente
que son mi base para todo, que sin ellos nada sería lo que es, nada sería
posible. Los que me acompañan absolutamente todos los días de mi vida, los que
nunca te sueltan la mano, los que la reman con vos. Gracias. 
Gracias eternas a estos hermanos de la vida, gracias
por los más de 7 años de amistad y gracias por seguir estando acá después de
cuatro años. Gracias por cada momento, por cada risa, silencio. Gracias. No hay
palabras para cada uno de ustedes, son los aborígenes más racistas que podía
llegar a cruzarme algún día. Gracias miles y eternas. Los quiero con todo mi corazón.
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