Soy una alumna como cualquier otra que un día, como cualquier otro, entró a tercer año. Un martes, anda a saber el número, conoció a su profesora de lengua. Creo que es imposible saber el por qué, pero desde un primer momento la quise mucho. Desde ese momento me propuse, yo como alumna, hacer que mi profesora, aquella que quiero tanto y que es tan difícil de tratar con éste tema, deje por fin de fumar. 
Como todo adicto cuando le tocas ese tema te lo evitan de todas formas, incluso algunos llegan a enojarse pero a mi no me importó. Yo me propuse algo y lo iba a cumplir. 
Jodí mucho, sí. Me enojé, sí. Soporté que me amenazaran con un "basta male, me voy a enojar!" y hasta un "basta Malena! me voy a enojar en serio..." (ese último siempre sonó peor) pero mucho no me importó.... o para qué vamos a mentir, no me importó en lo más mínimo. Yo quería mucho a esa mujer como para verla matándose, por así decirlo. 
Le he hecho cartas, la amenazaba, trataba de recordarle los hijos que tiene, cuánto la quieren ellos y muchas otras personas, pero nada... no lo logré. 
"Antes de que yo termine quinto va a dejar de fumar" eran mis palabras. Quería cumplir con lo que me propuse cueste lo que cueste. 
Estando por finalizar tercer año yo me encontraba buscando un libro para leer, y encontré un libro que titulaba "Cómo dejar de fumar" de Allen Carr... nunca confié en esas cosas pero quizás en algo podía ayudar, o mejor dicho nada podía empeorar. Así que fui decidida a darselo y su respuesta fue "ahora no porque empiezan las vacaciones y no me voy a acordar". Creo que fue mejor no habérselo dado por dos razones: la primera era porque claramente quería que lo lea y si el precio era esperar 3 meses más lo iba hacer, y la segunda era porque me dio tiempo a leerlo a mi y saber de qué se trataba eso que estaba recomendando. 
Hay dos cosas claras en todo esto: 
1. Soy la persona más pesada que te podrías haber cruzado por el camino.
2. Intento conseguir todo lo que me propongo. 
Nunca me sentí lo suficientemente importante para que una profesora deje por una alumna cualquiera un hábito que tenía desde hace mucho tiempo, pero quizás sí una alumna cualquiera pueda recordarle a su profesora lo mucho que ella la quiere y lo que la quieren los demás. Recordarle, hasta cansarla, el mal que se está haciendo y el mal que le hace a las personas que la quieren. 
Sabía que no tenía que nombrar cada una de las enfermedades que el cigarrillo causaba porque simplemente estaba de más nombrarlas, pero creo que en algún momento también le nombré lo que le ocurrió a una de las personas que yo más quería, mi abuelo. Que él se enfermó por el cigarrillo y por haber fumado tampoco pudieron operarlo, ya que no soportaría la anestesia. Perdí a una de las personas que más quería y quiero, y no soportaría perder a nadie más por esa mierda del cigarrillo. 
Continúo leyendo el libro....
Creo, haciendo un paréntesis, que nunca me voy a olvidar cuando esta misma profesora fue la primera en darse cuenta que no estaba bien, durante una clase de ella... siendo profesora, no tenía por qué preocuparse por lo que a mi me pasaba o dejaba de pasarme, pero sin embargo fue la primera en darse cuenta, yo lo valoré muchísimo y tras su pregunta "estás bien Male?" exploté en llanto, ya no pude contener más las lágrimas que caían acompañando a cada palabra que quería decir. Le voy a estar eternamente agradecida por ésto y por este año. Nos retábamos entre las dos pero ninguna le hizo caso a la otra... Yo con el cigarrillo y ella luchando para que coma bien, después de todo es algo "parecidamente" diferente. 
Finalmente terminé de leer el libro y en cada página, capítulo, oración, veía reflejado a muchas de las personas que veo fumar con frecuencia. Una de las oraciones decía que si a cualquier fumador le preguntas que, si tendría la posibilidad de volver el tiempo atrás hasta la fecha donde no fumaba, lo haría, responde que sí, que la gran mayoría sí lo haría. Al leer eso teniendo a mi hermana enfrente, le hice la pregunta y obtuve una respuesta que no esperaba: "en este momento no". 
Entendí, cuando terminé de leer este libro, que no tengo que repetir todas las enfermedades que causa el cigarrillo, ni tampoco tengo que presionar, cada persona sabe cuándo es su momento. Basta con proponerlo, fumar ese último cigarrillo, y agradecer que ése fue el último. Yo no me puedo poner en el lado del fumador y decir que quizás es difícil dejar de fumar ni mucho menos puedo decir que es fácil dejar de fumar, pero sí puedo decir que nada es imposible, excepto evitar la muerte. Creo que si uno se propone algo que quiere mucho puede lograrlo, el tema está en proponérselo. También creo que hay muertes más dignas que un cáncer que se puede prevenir (o algunas otras enfermedades que cause el cigarrillo).
Quiero tomarme el atrevimiento para pedirle a todas aquellas personas que fuman, que piensen cada vez que prenden el cigarrillo, cuando se lo llevan a la boca, en cada pitada, en todas esas personas que los quieren. Y yo sí me pongo en el lugar de todas aquellas personas y les aseguro que no es lindo perder a personas que queres, tampoco es lindo pensar que cada uno de ustedes pagó su propia muerte. 
"Por un momento quítese la venda de los ojos y pregúntese qué haría si supiera que el próximo cigarrillo le causará cáncer. ¿Lo fumaría? No pensemos en la enfermedad en sí (es difícil imaginarlo), sino en todos esos terribles tratamientos a los que se verá sometido: rayos, quimioterapia, etcétera. En realidad no son planes para el resto de su vida sino para su muerte. ¿Qué pasará con su familia, sus seres queridos, sus proyectos y sus sueños?
Lo peor no es la enfermedad sino saber que uno mismo se la buscó. Siempre decimos: "mañana dejo"... Imaginemos cómo se siente la persona que desencadenó este drama en su vida. Ahora ve la realidad tal cual es y piensa: "¿Por qué no me dí cuenta antes de que no necesito fumar? Si pudiera volver el tiempo atrás...."
Basta de engaños. Usted tiene una oportunidad. Póngale fin a este círculo vicioso."
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