Recién estaba viendo el programa de Lanata y hablaron sobre una historia triste, una historia diferente a la mía, diferente a la de muchos e igual a la de otros tantos... La chica era pobre y la mamá contaba que ni siquiera le podía regalar ni el más mísero de los regalos el día de su cumpleaños y cuando a ella le preguntaron cómo soñaba ella la fiesta, ella la imaginaba con una gran y hermosa sonrisa en la cara, contaba también a quién quería invitar hasta que se quebró cuando habló de que quería invitar a una persona que un día le regalo una torta creo, que la mamá de ella no tenía para eso. Y ahí mi mente no sé dónde estaba, pero sentí la necesidad de escribir y cuando me agarran estos ataques no puedo tener idea mejor que hacerlo, porque sino olvidate que pueda pegar un ojo.
Pensé, pensé que mientras más tenes menos valoras, que mientras menos tenes más feliz sos. Cuando más tenes queres más y más y más, crees que las cosas materiales, el dinero, el tener el último celular, el ir a comprar ropa todos los fin de semanas, crees que eso es la felicidad, y qué equivocado estás. La felicidad no se compra, la felicidad es otra cosa hermano. Cuando tenes poco o no tenes nada las cosas se valoran un poco más, a veces hasta sos feliz soñando un poco, y con lo que tenes te conformas porque ese poco es mucho.
Se perdieron cosas que no se tendrían que haber perdido nunca, pese a que todo, o la gran mayoría de las cosas cambió. Ahora nada se valora, nada importa, ya no existen los valores ni el respeto. Repito, se perdieron muchas cosas que no se tenían que perder, me da mucha lástima.
Hay personas que no lo tienen todo y sin embargo no dejan de sonreirle a la vida. Y personas que lo tienen todo y son muy infelices.
"La felicidad es interior, no exterior. Por lo tanto no depende de lo que tenemos sino de lo que somos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario