Cuando ya todo es suficiente no se
puede hacer otra cosa que bajar los brazos y seguir hacia delante.
Ayer llegué de mi barra y me puse a
pensar que yo por mi parte había dado todo y más y que ya nada bastaba, que era
hora de que abriera los ojos y me diera cuenta; ya todo está perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario