Te hago una pregunta muy simple: ¿sos feliz? Hoy,
ahora, en este momento, ¿sos feliz? ¿Tu vida es como te gustaría que fuera? Si
la respuesta es no, seguramente tenés un montón de explicaciones,
justificativos y excusas: “me hicieron”, “Me dijeron”, “Yo quería pero”. La
lista sigue: “Que mi mamá, que mi papá… que me dejó, que no me llama, que no me
había prometido… Que es muy difícil, que este país, que así no se puede…”
¿Alguna vez te preguntaste quién les dio a los demás ese poder tan grande sobre
tu vida? ¿En que momento tu mamá, tu papá, tu pareja, la gente que habla por
televisión recibieron esa capacidad de controlar tu vida? ¿Dónde está, en qué
consiste ese poder?
Tu vida es solo tuya. Claro que es mas fácil cumplir
con las funciones biológicas y sociales, nacer, crecer, comer, dormir, comprar,
reproducirse, quejarte, mirar la tele, chequear el Factbook, y morirte un día. Pero,
¿podrías decir, como Pablo Neruda, “Confieso que he vivido”? ¿Vivido
plenamente? ¿O sos de los que siente que se le escurre el tiempo entre los
dedos, esperando que llegue “el gran día” guardando rencores y recriminando?
Basta de hacer planes para mañana: el gran día
es hoy. Tu poder es inmenso. Es lógico
que eso te asuste: como bien saben los superhéroes, un gran poder implica
siempre una gran responsabilidad. Claro que es más fácil ponerla en manos
de los demás y sentarse a sufrir. Pero si de verdad queres, si te animas, si ya
no te interesa seguir por el camino del engaño, te propongo que dejes de
depender de los demás y comiences a ser el héroe de tu vida. Hoy. Ahora. ¿Lo
ves más complejo que planificar un viaje a la luna? Solo se necesita coraje. El
que te permite preguntarte quién está a cargo de tu vida. ¿Te animas a preguntártelo?
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