Dicen que nada es eterno,
no hay mal que dure cien años, que lo bueno dura un rato y que el
camino hay que hacerlo. Dicen que el
mundo es pañuelo, y que llorar no es de hombre entonces ¿a dónde se esconden
estas lágrimas de duelo? Que a la suerte hay que ayudarla, que hay
seguir aunque duela, que seguro está entre rejas y no pierdan la
esperanza.
Mientras sentí que salvabas, me condenaste a tu cuerpo,
y puede ser que este cuento al final quede en la
nada. Que la familia es primero y yo que no creo mas nada, con la
mirada nublada entre a pedirte consejos. Tantos dichos y en silencio, el
pensamiento ametralla, la procesión va por dentro mientras te llueven las
balas. Tantos refranes al viento, hacen nombrar las campanas. Tal vez ahora sea el tiempo de definir la jugada.
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