viernes, 21 de octubre de 2011

Creo que nuestro corazón es como un motorcito chiquito que todo el tiempo busca y busca encontrar a alguien a quien amar. No se cansa nunca. Aunque estemos vencidos, él siempre busca y busca, porque un corazón necesita amar.
Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos ame, pero no. El corazón no es tan egoísta. Él sólo busca a alguien a quien amar, alguien que se deje amar.
A veces nos pasamos cincuenta cuadras, equivocamos del camino. Y el corazoncito sigue ahí, incansable, diciéndonos: “no es por acá”. Pero no lo escuchamos.
Sin embargo, al final, el corazón siempre se hace escuchar. ¿Cómo ignorar esos latidos que son las señales que nos indican el camino? Uno puede estar perdido, pero buscar el camino, ya es, en parte, encontrarlo.
Aunque te gane la desesperanza, el dolor, aunque creas que es demasiado tarde, buscá en tu corazón, buscá en tu alma malherida. En algún lugar, fuera de tu burbuja, habrá alguien a quien amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario